Dos músicos, un escenario y muchos cachivaches. Éste es el punto de partida para un concierto con repertorio propio en valenciano donde nuestro Bluesman nos ofrece su visión de la vida del campo.
Acompañado por teclado, sus instrumentos están hechos a partir de materiales de desecho por sí mismo, que además de músico es compositor y luthier. Saca sonidos insospechados de botellas vacías, marcos de ventanas o de una vieja mesa de lavar.